as enzimas son moléculas, creadas por nuestro propio cuerpo, que catalizan las miles de reacciones químicas que producimos y que resultan cruciales para nuestra vida. La carencia de alguna enzima puede dificultar el funcionamiento del metabolismo y del proceso digestivo.
Una alimentación deficiente, las alteraciones gastrointestinales y el propio envejecimiento pueden afectar a la producción de enzimas. Un ejemplo de déficit enzimático es el de la lactasa, que explica la intolerancia a la lactosa.
Cada enzima tiene una función específica, desde el transporte de nutrientes o la eliminación de desechos tóxicos, hasta la purificación de la sangre en el hígado o la nutrición del cerebro. Hay muchas: reducen la tensión de las paredes de estómago e intestino, mejoran la función digestiva, refuerzan el sistema inmunitario y pueden contribuir a controlar dolencias relacionadas con la inflamación crónica.
1. ENZIMAS DIGESTIVAS NATURALES EN LOS VEGETALES FRESCOS Y CRUDOS
Una dieta rica en vegetales frescos y crudos proporciona gran variedad de enzimas. Evita las cocciones largas para no destruirlas e introduce ensaladas y licuados en la alimentación diaria.
2. LAS ENZIMAS CLAVES PARA TU DIGESTIÓN
Las enzimas digestivas fragmentan los alimentos en moléculas. Las hallamos en la saliva, los jugos gástrico y pancreático y las secreciones intestinales. Destacan las lipasas, las amilasas y las proteasas.
3. ENZIMAS EN TU SISTEMA INMUNITARIO
Los glóbulos blancos poseen enzimas, que les ayudan a destruir virus y bacterias. Ciertas enzimas nos ayudan a restablecer el equilibrio en los procesos inflamatorios al permitir una curación más rápida y eficaz.
4. LA PIÑA Y LA PAPAYA CONTIENEN GRAN CANTIDAD DE ENZIMAS
En la piña encontramos gran cantidad de bromelina, una enzima proteolítica, es decir, que descompone las proteínas. La bromelina resiste la acidez del estómago y la alcalinidad del intestino. Es eficaz para tratar dispepsias, úlceras gástricas e insuficiencias pancreáticas exocrinas.
La papaya contiene papaína, otra enzima proteolítica. Ya se usaba en Centroamérica para mejorar la digestión de la carne. Además, es antiinflamatoria y antiséptica.
5. LOS VEGETALES AMARGOS FAVORECEN LA PRODUCCIÓN DE GASTRINA
La escarola, la endibia, el berro, el rábano o la alcachofa favorecen la producción de gastrina y de enzimas digestivas por parte de los jugos gástricos, pancreáticos y de la bilis. Además, tienen propiedades coleréticas y colagogas y mejoran la función hepática.
6. EL CARDO MARIANO ES UN GRAN ALIADO PARA EL HÍGADO
Tiene propiedades hepatoprotectoras, favorece la actividad de la enzima glutatión peroxidasa (un antioxidante del hígado) e inhibe la enzima lipoxigenasa (que puede dañarlo).
7. LOS SUPLEMENTOS DE ENZIMAS MEJORAN EL PROCESO DIGESTIVO
Los suplementos multienzimáticos mejoran el proceso digestivo y ayudan a disminuir la dispepsia, una afección del estómago que provoca una digestión lenta con hinchazón, dolor y hartazgo.
8. EL MISO ES UNA EXCELENTE FUENTE DE ENZIMAS
El miso es un condimento fermentado muy utilizado en la cocina japonesa. Contiene enzimas vivas si no ha sido pasteurizado. Puedes tomarlo en forma de sopa o añadirlo como condimento.
9. LAS ENZIMAS NO CONTIENEN PROBIÓTICOS
Las enzimas no contienen probióticos. Los probióticos son alimentos ricos en bacterias que pueden favorecer el equilibrio de la flora intestinal. Aunque participan en procesos similares, no son lo mismo y no deben confundirse.
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